viernes, 16 de julio de 2010

K-Studio, el arma secreta


Fernando Arredondo

La mayor virtud de los uruguayos en el Mundial de fútbol quizás no estuvo en los pies, sino en la cabeza. A los bravos orientales les hizo bien eso de entrar por la ventana del repechaje para reconocer sus limitaciones a tiempo y a partir de allí edificar estrategias para alcanzar el mejor resultado posible. Aquel planteo fundante de la filosofía moderna formulado por Descartes hace más de 350 años con su “pienso, luego existo”, tuvo en el maestro Oscar Tabárez un ejecutor a medida.
Una de las herramientas clave con las que el DT ha contado para cumplir con el objetivo ha estado en su notebook y se llama K-Studio, un software “made in” Uruguay que sirve para analizar, entre otros eventos deportivos, partidos de fútbol. Los creadores del engendro informático, dueños de la empresa Kizanaro, son Krikor Attarian, Estefano Zammarelli e Ignacio Oliveri tres jóvenes de 27 años que con este invento se recibieron de licenciados en sistemas en la Universidad ORT. Dos de ellos, Oliveri y Attarian, viajaron como parte de la delegación uruguaya a Sudáfrica y convivieron con cuerpo técnico y jugadores.
En las notas que han dado los ciberasistentes durante estos días han explicado qué es lo que analiza y sistematiza el software. “Registramos todas las pelotas recuperadas, todas las llegadas, todas las pelotas quietas y asociaciones de juego entre jugadores, cuántos pases dio un jugador, si esos pases fueron buenos o malos, qué tipos de pases da –medios, cortos o largos–, cómo traslada la pelota, cómo recibe la pelota…” y más, según han explicado.
Destacaron que se trata de la compilación informática de alrededor de 2.000 acciones por partido sobre las que el DT puede establecer unos 150 criterios de búsqueda. El software es “customizable”, o sea que se puede adaptar a las necesidades del usuario. Otro aspecto destacado en el sitio redusers.com es que, como los creadores han tenido en cuenta que los entrenadores no necesariamente son personas muy amigadas con la tecnología, el K-Studio dispone de una interfaz “sencilla e intuitiva”, que permite operarlo con facilidad.
Tabárez en los entretiempos de cada partido del mundial ha recibido, on line, un informe sobre aspectos puntuales previamente establecidos con los técnicos informáticos (que observaban los partidos desde las tribunas), necesarios para los cinco o seis minutos de charla con sus jugadores en el vestuario. Y al final de cada cotejo, el DT ha contado con el reporte completo. Con esos datos el mismo entrenador puede generar un disco para ser entregado a cada jugador para verlo en un DVD,
explicaron los asistentes al diario mexicano El Economista.
Pero la función del software no se limita a analizar en detalle al equipo propio: también ha servido para estudiar a los rivales. En base al mismo programa, Oliveri y Attarian le facilitaron informes a Tabárez sobre cada contrincante, para de ese modo plantear un esquema de juego de acuerdo a las características del rival.
En sintonía con la humildad del DT, los licenciados no se arrogan nada. “Quien ha explotado el sistema al 100% es el maestro Tabárez. Nosotros sólo pasamos los datos y él tiene el mayor trabajo, interpretarlos a sus necesidades, conveniencias.
Creo que se han complementado bastante bien ambas partes”, dijo en una entrevista Zammarelli, socio fundador de Kizanaro que se quedó en Montevideo.
Esta innovación uruguaya puede emparentarse –en eso de no dejar detalles al azar– con la eliminación argentina en Alemania 2006 por penales y el recordado episodio del arquero Lehmann mirando un papelito con información de los shoteadores Albicelestes. Ese papelito no era cualquier cosa: era la aplicación práctica de la sistematización de 13.000 penales que los alemanes tenían cargados en su base de datos, según recordó Adrián Paenza poco antes de la frustración en Sudáfrica ante el mismo rival.
Un programa informático por sí mismo no asegura nada: el mejor martillo no asegura un
buen carpintero. De hecho, Tabárez ya tenía el K-Studio durante las Eliminatorias, en las que raspando Uruguay consiguió la chance del repechaje. De lo que sí no quedan dudas es que en este caso la herramienta fue utilizada en un trabajo serio que intentó superar adversidades y limitaciones, sin supercherías ni demagogias.

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