Pasan los días, pasan las semanas, pasan los años, se multiplican las páginas de internet, las aplicaciones web, los blogs, se "inventan" vanguardias que todos tragan como sapos, pero la verdad de la milanesa es que hasta el momento nadie encuentra la fórmula para generar empresas periodísticas digitales que den de comer por si solas a los periodistas. El último difunto en el mundo hispano es el muy alabado soitu.es, que se suma a la lista fúnbre que había inaugurado este año adn.es, que sigue funcionando pero ya sin una redacción. Ambos emprendimientos españoles eran presentados en su momento como lo más adelantado en materia de periodismo digital, por fuera de las grandes estructuras. Lo cierto es que los dos sitios tenían padrinos de bolsillos generosos (soitu.es era bancado por BBVA mientras que su colega lo era por el Grupo Planeta). Cuando los padrinos decidieron dejar de perder dinero en medio del contexto de recesión, las dos empresas digitales despdieron a su personal y en el caso de soitu.es, bajaron la cortina.
El desafío de hacer periodismo digital sin morir de hambre en el intento, sigue en pie, más que nunca.
